

El esquema representa una configuración centralizada en la que la producción de agua caliente sanitaria (ACS) para cada usuario se delega en satélites de usuario, que toman energía térmica de una red primaria compartida y la utilizan para la producción instantánea de ACS. Este sistema no prevé una red de distribución ACS ni un circuito de recirculación, lo que permite una simplificación del sistema y una mayor eficiencia térmica.
La producción del ACS se realiza localmente, es decir, dentro del satélite instalado en cada unidad de vivienda o funcional, mediante intercambiadores de alto rendimiento. Por lo general, hay una acumulación técnica centralizada, necesaria para compensar las variaciones de carga y los picos de consumo.
La regulación de la temperatura puede ser mecánica, termostática o electrónica, en función del modelo de satélite adoptado. Los satélites más avanzados permiten un control preciso de la temperatura y el suministro de agua, mejorando la comodidad del usuario final.
Desde el punto de vista higiénico, este esquema garantiza excelentes condiciones sanitarias, ya que el agua caliente se produce solo en el momento de su uso y no circula en una red secundaria, lo que reduce drásticamente el riesgo de proliferación bacteriana, incluida la Legionella.
Este tipo de sistema se adapta a edificios residenciales y comerciales de medianas y grandes dimensiones, y requiere un diseño cuidadoso de la red primaria, en particular para garantizar la potencia térmica necesaria tanto para la producción de ACS como para la calefacción ambiental.
El rendimiento general es bueno u óptimo en función de la tecnología adoptada en los satélites. Además, el sistema permite la flexibilidad de las instalaciones y la independencia de gestión para cada unidad atendida, manteniendo altos estándares de confort y seguridad.